Taichi, el arte de coordinar el cuerpo y la mente

Gerardo Villacís, de 75 años, hace taichi desde hace un año y medio “por salud”. Él practica esta disciplina seis veces a la semana. Tres días en el Centro de Disciplinas Orientales y los otros tres, en su casa.

Al hacerlo, siente que en su cuerpo se produce un efecto antiestrés y lo ayuda a tener un mayor dominio emocional.

El taichi es un tipo de gimnasia china, de movimientos lentos y coordinados, con la que se consigue el equilibrio interior y se libera la energía.

Daniel Espinoza, el profesor de Gerardo y quien lleva desde el 2009 impartiendo sus conocimientos, define al taichi como “un arte integral que coordina la relación mente cuerpo” y en el que hay “artes marciales internas y externas. En las externas haces énfasis en el desarrollo de la técnica, el desarrollo físico, la fuerza muscular; en la interna, se trabaja más la respiración, la concentración, el manejo de energía”, explica.

Agrega que “se lo practica como un tipo de meditación en movimiento porque al hacer las danzas o formas de taichi, tiene que estar la mente concentrada en el movimiento, la respiración y en cómo se mueve la energía en el cuerpo”.

Hay tres escuelas de taichi: yang, chen y zun. Se diferencian en estilo y en el centro de Espinoza se imparte el yang tradicional, uno de los más antiguos y que hace énfasis en la respiración y la movilidad de la columna.

La base del taichi es el chi kung, ejercicios de respiración y concentración en movimiento.

Una clase de esta disciplina dura alrededor de una hora. El chi kung es el calentamiento. Luego se realizan automasajes, desplazamientos en diferentes direcciones; las danzas o formas de taichi y el trabajo en parejas o empuje de manos: “una práctica de sensibilización y desarrollo de la percepción”.

Pueden hacerlo personas de cualquier edad.